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19/07/2018

 

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Imagen: Librería Rafael Alberti

La librería Rafael Alberti acoge a La hija del comunista

El muro de Berlín fue destruido en 1989. Esta construcción, que dividía la ciudad en dos partes y que estaba en pie desde 1961, afectó durante largo tiempo a una gran cantidad de personas que apenas podían comunicarse con amigos y familiares, quienes quedaban atrapados al otro lado del muro. Es aquí, durante la Guerra Fría, donde comienza la historia de Katia, protagonista de La hija del comunista, novela escrita por Aroa Moreno Durán y presentada el pasado martes 17 de julio en la librería Rafael Alberti, un encuentro veraniego y emocionante en el que también participó Lara Moreno, la editora. El diálogo entre ambas fue moderado por Andrea Navacerrada, alumna de la Escuela de Verano Complutense, La industria del libro en la actualidad: de la edición al lector, colaboradora del evento.

La novela, ganadora del Premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE en 2017, fue publicada ese mismo año por la editorial Caballo de Troya, un sello que, como explicó en la librería Claudio López de Lamadrid, director editorial de Penguin Random House, tiene una característica especial: cada año se le da la oportunidad a un editor invitado de escoger “un color para las cubiertas y seis autores que publicar”. Lara Moreno, que asumió la edición de Caballo de Troya durante el 2017, y Aroa se conocían de antes. De hecho, la futura editora acompañó el proceso de creación y alentó a la escritora en el difícil proceso final, cuando Aroa tenía que compatibilizar la escritura con una reciente maternidad. Algo que le ocurrió también a Lara, pues tuvo que compatibilizar la escritura de su segunda novela (Piel de lobo, Lumen, 2016), con el cuidado de su hijo. Aroa nos contaba que escribía la media hora de la que disponía mientras su hijo dormía, y Lara, en cambio, que necesita “usar el látigo constante para obligarse a hacerlo” y así alcanzar el “heroico momento del punto y final, atravesar esa cosa pantanosa” que es acabar la novela. A pesar de ello, la autora de La hija del comunista no recomienda “la experiencia de criar y crear”.

Sobre la obra, Aroa explicó que entiende La hija del comunista como el resultado de una investigación de documentos sobre el exilio de comunistas españoles en el lado este del muro de Berlín. La historia, los recuerdos y las biografías de estos exiliados llegaron a su vida y decidió escribir sobre ello, en especial a partir de la vida de dos mujeres que la inspiraron para construir el personaje principal, Katia: Mercedes y Nuria. Gracias a estas dos hijas de comunistas que conoció en Berlín, Aroa consigue darle a Katia la complejidad y la profundidad que tiene. Además, le aportaron otro punto de vista sobre la Guerra Fría, más realista, menos revolucionario: le dieron los detalles necesarios para entender la vida en un país que ya no existe, tan lejano al lector contemporáneo que el mayor miedo de la autora fue conseguir crear una narración verosímil, ya que muchas de esas historias que conoció durante la investigación le parecía que “nadie las habría creído”.

 

Durante el proceso de edición, no solo trabajaron juntas el texto, que ha resultado ser una gran novela que invita a la reflexión sobre el fatídico resultado de los conflictos bélicos en la Europa del siglo xx y que arrastramos hasta hoy, sino que también la autora y su editora eligieron el título y la portada. Al ver la propuesta del diseñador lo tuvieron claro: el brazo con la estrella las conquistó. Entre el título y la portada consiguieron reunir todos los elementos que buscaban: elementos característicos de la Alemania del Este y una referencia al padre que invitase a la reflexión sobre la nostalgia y la relación paternofilial, a menudo basada en ausencias e incomprensiones.

Tal y como comentó la propia Aroa Moreno, la relación entre la patria, la lengua y la identidad es, en definitiva, uno de los temas esenciales de la novela. Para Katia es decisivo encontrar su identidad desde el exilio, la tierra de nadie, desde dos idiomas tan dispares. Al igual que Katia, Moreno encuentra su propia identidad en “aquellos que vinieron antes de mí”, y nos confesó que, a su modo de ver, “la lengua en la que te cuidan es la más importante”, y por eso es tan relevante para Katia “soñar en el idioma de mamá”. Katia es la hija del comunista, pero también es “hija de su madre”, y por eso repite su misma historia: deja su patria para seguir al hombre al que ama, llegando a un lugar en el que no termina de encajar, abandonando a su hermana, colgando siempre de la parte de su identidad que decide abandonar.

La hija del comunista es una novela que, desde el conflicto con el arraigo y la familia, reflexiona sobre los más de quince muros que se alzan contra “gente que huye de la violencia”. Con esta ambientación, el muro y el peso de la historia y la memoria, Aroa Moreno Durán consigue hablar del exilio desde lo íntimo, haciéndonos indagar en nuestros propios muros y destierros. Gracias a Lara Moreno y Caballo de Troya tenemos la posibilidad de viajar al Berlín dividido, al frío y a la huida cuando no es posible el regreso.

 

Por  Gloria González Pablo Sánchez*

* Estudiantes de la Escuela Complutense de Verano La industria del libro en la actualidad: de la edición al lector.

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