Imagen: Shalakabula Librería

Ilan Brenman, el encantador de niños (y padres)

– Vamos, date prisa, que no llegamos…

– Papá, ¿de verdad tengo que ir disfrazado de monstruo?

– Por favor, es que Ilan Brenman me gusta tanto…-dijo aquel hombre bigotudo con mirada y voz suplicantes.

– Bueno, pero que sea la última vez que te llevo a la librería para niños –le respondió sentencioso su prole.

 

No sabemos si este diálogo imaginario se produjo realmente unos minutos antes de la presentación del brasileño Ilan Brenman en la librería valenciana Shalakabula, el pasado 14 de noviembre. Pero no nos extrañaría ni un pelo. A veces no se sabe si los padres llevan a los niños a estos encuentros o viceversa.

Y es que, con su talento como extraordinario narrador, el autor de “Las princesas también se tiran pedos” (Algar),  se metió en el bolsillo a padres, madres y niños, algunos de los cuales iban disfrazados de princesas y monstruos. Los niños, aclaramos. “Yo diría que incluso gustó más a los mayores”, reconocía Nuria Cuenca.

Nuria es una de las organizadoras del evento. “Las princesas también se tiran pedos” ha sido todo un éxito de ventas en la librería, en torno al cual ya se habían organizado algunas actividades. Así que decidió escribir al consulado de Brasil e invitarle a venir. Y él dijo sí.

Ilan Brenman se ha convertido en uno de los principales escritores de literatura infantil de Brasil, tras más de dos décadas de carrera, más de 60 libros publicados, premios y traducciones. Percibió por primera vez su vocación cuando estudiaba Psicología (aunque acabaría siendo maestro y doctor en educación por la Universidad de Sao Paulo), pero la fiera se reveló durante su etapa de becario en un proyecto de educación no formal, en el que hipnotizaba a los niños con sus historias.

Verle en acción fue, para Nuria, sorprendente. Después de narrar algunos de los cuentos que sí están traducidos en nuestro país, se atrevió con alguno inédito por estas tierras. Y lo hizo en perfecto castellano, aunque también hubo un par de cuentos en portugués.

El platónico flechazo fue mutuo. Del encuentro, Ilan se queda con la recepción calurosa cuando entró en la librería. “Me sentí en casa”, asegura. Y lo vivió a flor de piel: “Es muy emocionante saber que mis historias atraviesan el Atlántico y capturan la imaginación de los lectores españoles”.

Sobre todo, porque algunas de esas historias están inspiradas en su propia vida. Conocer la fuente de la que brotan las palabras fue uno de los mejores regalos de este encuentro. Como el origen de “¡Mamiii!”, que es un homenaje directo a su mujer, y a la bendita paciencia que muestra hacia sus dos hijas, aunque al pasar de la realidad a la ficción, los personajes acabaron siendo un niño y una niña.

 

– Papá, ¿te ha gustado conocer a ese señor que contaba cuentos?

– Mucho, hijo, mucho. La próxima vez venimos los dos disfrazados de monstruos.

 

Publicado por:  Verónica Iñigo Casado

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