Jugar a ser Floyd

El sábado 28 de diciembre en el interior de la librería Kikirikú y la bruja, había un árbol, grande, con una enorme copa y de papel.  Allí, en ese escenario iba a pasar algo, porque los sábados pasan cosas. Esther Madroñero con el álbum “Atrapados”  de Oliver Jeffers entre sus manos, se acercó al árbol para comenzar a contar. Niñas, niños, papás y otros acompañantes se sentaron en el suelo frente a ella, deseando escuchar la historia. Esther presentó el libro con entusiasmo, un libro ganador del premio del Gremio de libreros. La historia de Floyd, el niño protagonista, es mucho mejor con sus imágenes, decía Esther, así que ella fue enlazando palabras con ilustraciones.

De esta forma Floyd empezó a convertirse en el centro de atención, él y su cometa roja, que pasó de dibujar divertidas siluetas en el aire a quedar atrapada en un árbol (el del cuento, no el de la librería), esto produjo risitas y caras de sorpresa, de ¿qué va a pasar ahora? Pasaron cosas de niños atrevidos, sí, Floyd es así, y primero para conseguir su cometa y después porque sí, por jugar, fue lanzando a ese árbol todo lo que tenía cerca y lo que se fue acercando, desde objetos pequeñitos a grandes animales. Esther lo contó con detalle hasta el final (que aquí no vamos a desvelar…), momento de aplausos y de una sorpresa que esta librera polifacética tenía preparada.

Todo volvió a comenzar cuando ella dijo: “¿Queréis ser Floyd?”. De todas las bocas salieron con exclamaciones ¡sí!, ¡sí!, ¡Yo quiero!, ¡Y yo!. Así que se puso a repartir entre grandes y pequeños unas hojas azules, cada una con un dibujo correspondiente a las cosas que el niño había ido arrojando al árbol. El siguiente paso fue hacer pelotas con las hojas para poder lanzarlas como Floyd había hecho ya. “¿Quién tiene la cometa?” El niño que la tenía se situó delante del árbol para lanzarla. Uno tras otro, consiguieron que el árbol de papel se pareciese cada vez más al de la historia. Durante unos minutos todos tuvieron la oportunidad de jugar a ser Floyd y así la narradora logró despertar en ellos unas miradas chispeantes.

 

Por Ana Corroto

 

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies