Los agitados años 90: Sin pedir permiso

Vallecas ha sido y es un hervidero de ideas y proyectos que tienen que ver con la libertad, la música, el periodismo y la política. La presentación en la librería Muga, ese oasis lleno de libros en plena Avenida Pablo Neruda, del libro de Conchi Moya, fue otra prueba, el impulso constante por lanzar la cultura desde la reivindicación y el compromiso.

Sin pedir permiso, editado por Libros.com, narra la historia de un grupo de gente joven con pasiones comunes, la música y el mundillo de las radios independientes. Conchi explicaba el porqué de ponerse a escribirlo: Fue una historia de juventud, de cuando teníamos 20 años. Íbamos a conciertos, creábamos canciones, y nos lanzamos a aventuras como la radio. El libro mezcla varios momentos de mi vida, desde la experiencia en la escuela de radio en el IMEFE, hasta la creación de Radio Resistencia en el año 97. Gracias a la radio un grupo de personas conocidas llegamos a ser amigos. Esa experiencia marcó mi vida aunque ahora me dedique a otras cosas. Pensé en escribirlo, no es una biografía como tal, hay cosas inventadas que no sucedieron así».

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La colorida portada madrileña es un trabajo de Marino Masazucra, ilustrador, que tuvo claro desde el principio qué quería hacer con la amalgama de imágenes  que sintetizan el  mundo que Conchi describe. Yo era más de fanzines, pero el libro es un deja vu constante, así que resultó muy fácil, «hice un collage de escenas, de imágenes y movidas de Madrid que yo también viví de alguna manera». La complicidad entre amigos existía desde el principio: “Me he implicado mucho en este libro porque merece mucho la pena, para mi es un poco Alicia en el País de las Maravillas, vas descubriendo un mundo que para ella resulta mágico.

Como invitado estaba también Juan Antonio Vázquez, periodista, compañero de experiencias con Conchi en las radios libres. Nos mandaba cartas, extensas y maravillosas cartas al programa «El embolao». Radio Resistencia tuvo la magia de reunir ahí a un grupo de forma imprevisible, formamos una piña, éramos un grupo de amigos. La idea era crear una emisora libre, libertaria pero que no fuera un sine qua non para pertenecer a ella. Sin ninguna tendencia política, participativa, asamblearia, sin jerarquías… El reto era emitir sin permiso, nadie tenía legitimidad para dárnoslo. Ahora los tiempo han cambiado mucho, el poder económico y político marcan el momento, los podcast, etc.” El evento, en su segunda parte, fue mezclando la música de Miguel Bastante, a la guitarra, que interpretó varias canciones que forman parte del libro, que se combinaron, a su vez,  con la lectura de algunos pasajes del mismo a cargo de Belén Almonacid, también periodista.

Cassettes, fanzines, punks, sindicalismo, insumisión, Malasaña, Chiapas, las primeras ONGs, rock and roll, activismo, Lavapiés, los campamentos saharauis, actitud, ETTs, el barrio de la Ventilla… Un puzzle, una compilación de momentos que huelen a rebeldía. Pero aún nos quedan radios libres que trabajan por un cambio social. La verdad no se puede silenciar. Radio Capital, Radio libertaria” (La Furia).

 

Por  @Juan Carlos Portero

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