El pasado miércoles tuvo lugar en la librería Mujeres & Compañía el esperado encuentro con lectores de la autora Nell Leyshon. El libro que se presentaba en esta ocasión era el último de la escritora británica: El show de Gary, editado por Sexto Piso con traducción de Inga Pellisa.
Nell Leyshon dio testimonio de distintas historias y anécdotas relacionadas con su experiencia como escritora antes de centrarse en el libro: “Conocí una mujer con cáncer que animaba a todo el mundo. En ese momento decidí trabajar con personas marginadas. Durante diez años estuve con ex-adictos a las drogas y durante ocho con gitanos, en una escuela para niños de 14-18 años en un hospital psiquiátrico. Ahora no hago nada, estoy cansada. Quiero jugar con las palabras de esos momentos.”
Después, llegó el momento de poner en escena al personaje que le inspiró para crear al protagonista. Gary es una persona insegura, de moral incierta que que se enfrenta a los infiernos y su redención. “Gary tiene gran sensibilidad, es muy inteligente. Este tipo de personas tienen demasiados pensamientos, toman drogas para estabilizar todo ello en su cabeza.” También surgieron las comparativas con el teatro: “Aquí hay dos libros. Uno que escribí yo y otro el que vosotros habéis leído. Son importantes los espacios en blanco en las páginas para respirar, para tomar notas. Los personajes tienen sus voces, sus movimientos. Al escribir teatro lo siento en mi cuerpo, es como hacer malabarismo con varias voces.”
La historia de la novela rebosa personalidad con la voz del narrador que se dirige constantemente al lector para que se posicione ante los acontecimientos de enorme importancia. Es el momento en el que la autora introduce ese recurso para quitar dramatismo, esa sensación de que el personaje se convierte en mártir. “En un curso de escritura, entre los ex-adictos, conocí a un hombre. Nada más abrir la puerta sabía que era un hombre increíble, tenía el pelo corto como el de un presidiario y el cuerpo pequeño como el de un ratón. Se apuntó a un curso de escritura. El primer día escribió algo increíble. Sin puntos, ni comas, pero él cuando lo leyó hizo todas las pausas necesarias”.
De las historias de los gitanos no habló mucho porque para ellos es muy especial escribir su propia historia. Adelantó que pronto saldrá a la venta un libro de uno de ellos en Inglaterra que causará sensación. “En mi vida soy muy directa, digo las cosas que la gente no se atreve. Cuando estoy con estas personas me siento libre. Sus mentes son prodigiosas y flexibles.»
Mostró su debilidad por los libros de Elena Ferrante: “los leo despacio. No quiero que se acaben, ahora estoy con el último”. Tiene una nueva novela terminada y está comprometida con Shakespeare y Cervantes, además de otro proyecto muy complejo para teatro. Con ella fluyen las palabras y las historias cargadas de personajes al borde del abismo.