Timothy O’Grady, emigración en blanco y negro

El pasado miércoles 18 de mayo presentaron en la librería Cervantes y Compañía el libro Sabía leer el cielo de Timothy O’Grady. Junto al autor estuvo el traductor de la obra, Enrique Alda, y la cantante irlandesa Leslie Dowdall, que amenizó con su guitarra acústica los espacios entre lectura y lectura de algunos de lo momentos más intensos del libro.

Julián Lacalle, editor de Pepitas de Calabaza, hizo una breve introducción de la obra: “Este libro transmite una experiencia dura, muy bien contada. No es un libro que cae en nuestro catálogo por casualidad. Venimos atendiendo en nuestra colección temas de emigración y exilio. El libro de Timothy es de una belleza increíble. También hay que destacar el trabajo del fotógrafo Steve Pyke, uno de los que mejores en la actualidad.”

Tomó la palabra Timothy O’Grady, nacido en Chicago y residente en Irlanda, Londres, España y Polonia, que presentaba así esta obra sobre los emigrantes del noroeste europeo: “Cuando un libro se termina, está acabado. Cuando alguien lo lee se convierte en otra cosa, adquiere una nueva vida, o cuando se traduce. Vine a España para trabajar en la traducción, frase a frase, el verano pasado. En Londres conocí a muchos irlandeses que fueron allí a trabajar, que me fueron contando muchas historias. Cuando lo juntamos con las fotografías no sabíamos qué tipo de libro iba a ser. Un hombre mayor que está en la cama recuerda todas estas historias”.

 

Sabia leer el cielo

Timothy y Enrique alternaron la lecturas de pasajes en inglés con la traducción al castellano, episodios de una especial sensibilidad. “Sabía leer el mar. Disparar con puntería. Coser zapatos. Esquilar ovejas. Recordar poemas. Sembrar patatas. Arar y gradar. Leer el viento. Criar abejas. Liar gavillas. Fabricar un ataúd. Aguantar la bebida. Asustar con historias. Sabía qué canción cantarle a una vaca mientras la ordeñaba. Tocar veintisiete canciones en el acordeón.”

Un libro que “se ha concebido en la oscuridad, como las fotos se revelan en un cuarto oscuro. Hay que mirarlo con los ojos cerrados, no la primera vez, por supuesto, sino en el resto de ocasiones en las que se pasen sus páginas”, como dice John Berger en su prólogo. Las fotografías, en blanco y negro, “recuerdan esa búsqueda de lo que no se puede ver, de lo que falta”, el relato de la emigración irlandesa a la Inglaterra de mediados del siglo XX

El embajador de Irlanda, David Cooney, participó al final del acto con unas palabras en las que agradeció al autor, editorial y traductor la oportunidad de darle voz a esos cientos de miles de emigrantes que buscaban un trabajo lejos de su hogar, y que sufrieron una vida tan dolorosa.

 

Por  Juan Carlos Portero

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