Imagen: Librería Anónima

La violencia de una Autopsia

Son las 8 en los relojes de pulsera del cerca del medio centenar de personas que han acudido a la librería Anónima, en Huesca. Se respira un ambiente ameno y distendido, en parte porque Chema, el librero de Anónima, tiene ya una amplia experiencia como organizador de eventos literarios; y en parte por la amistad que une a David Mayor y Miguel Serrano Larraz, los dos protagonistas del acto que está a punto de dar comienzo.

La poesía unió a estos dos hombres en un pasado no muy lejano, y ahora “Autopsia”, la última novela de Serrano Larraz, les une en la misma dimensión espacio-temporal, en un instante compartido en una de las librerías más activas del panorama nacional.

Además de poeta, David Mayor es profesor y fue también librero; profesión que le vuelve a unir a Miguel Serrano quien, además de ser traductor, trabaja como librero en la FNAC de Zaragoza.

Juntos, a través de una agradable y animada charla, en la que el público puede participar activamente, diseccionan la última novela que Serrano Larraz vuelve a firmar con la editorial Candaya, artífice de su primera y exitosa obra: “Órbita”.

Un ligeramente afónico, pero siempre envolvente, David Mayor ayuda y anima al autor de “Autopsia” a desvelar que la violencia es la verdadera protagonista de su libro, una novela cuya trama se centra en el retorno obsesivo de un joven a un episodio de su pasado, el acoso a Laura Buey, antigua compañera de colegio a la que cree haber arruinado la vida.

La violencia vista por los niños, la violencia en la adolescencia, la violencia en la amistad, la violencia que no se ve, pero que siempre está presente en las relaciones humanas, es por tanto la protagonista del segundo libro del autor zaragozano.

Ante las preguntas de los asistentes, el escritor explica que las páginas de su libro no pretenden ser autobiográficas en ningún sentido, sino que el acoso es el motor que le sirve para explorar esas emociones tan humanas como son la violencia y la agresividad.

La memoria, como una construcción no individual, sino social, se centra en la Zaragoza de los años 90, una época en la que tribus urbanas como los skin heads aterrorizaban a los jóvenes de la capital maña, ejerciendo una violencia que Serrano Larraz recuerda haber sufrido.

Tras hacer un repaso por algunas de las influencias literarias del autor, como el escritor argentino Ricardo Piglia, Miguel Serrano Larraz y David Mayor dan por concluido este evento, que deja un excelente sabor de boca, y no sólo por el delicioso vino de Enate con el que Chema, el librero de Anónima, pone punto y final a esta violenta “Autopsia”.

Por Patricia Magaña

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