Félix Romeo “In Memoriam”

Si el escritor, periodista, pensador y agitador cultural Félix Romeo viviera, se habría convertido sin duda en el centro de atención del acto que orquestó la Librería Anónima el pasado 21 de diciembre en el Centro Cultural Matadero de Huesca.

Desgraciadamente, Félix Romeo ya no está entre nosotros, pero eso no ha sido óbice para que los matices de su fuerte personalidad se hayan extendido entre los participantes, asistentes y organizadores del evento que homenajeaba su figura.

Chema Aniés, Premio Librero Cultural por la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) en 2009, fue el artífice de este homenaje, que pivotó en torno a dos ejes: la presentación del libro “Por qué escribo”, una selección de artículos de Romeo editados por Eva Puyó e Ismael Grasa para la editorial Xordica; y la proyección del documental del mismo título, realizado por Vicky Calavia y Goizka Urresti.

En el acto, Luis Lles, amigo de Romeo, además de periodista y animador cultural, calificó a su amigo de “moderno” y reivindicó este término como una actitud necesaria para vivir y no como una palabra desprestigiada y, en muchas ocasiones, utilizada como insulto.

Por su parte, el editor Raúl Usón tiró por tierra las críticas que tachan a Félix Romeo de tener una obra demasiado corta, explicando la gran cantidad de artículos publicados en todo tipo de medios que se habían encontrado a la hora de editar el libro. Eva Puyó e Ismael Grasa destacaron lo complejo de la selección de los artículos y de los muchos textos que habían tenido que dejar en el tintero para elegir los más representativos.

En el acto se habló del carácter polemista y discutidor, pero nada dogmático, de Romeo, como recuerda el librero de Anónima: “Podía discutir hasta la muerte defendiendo una idea y a la semana siguiente discutir hasta la muerte por la contraria”.

“Le traté bastante, porque durante mucho tiempo fue pareja de la escritora Cristina Grande, que presentó sus primeros libros en mi librería -recuerda-,  aunque ya le conocía de antes, de la época en la que estuvo preso en la cárcel de Torrero por insumiso. Entonces, Labordeta organizaba conciertos y hacía que le contrataba para que pudiera salir un día de la cárcel… A veces creo que Labordeta daba más conciertos sólo para que Romeo pudiera salir…”.

“Lo conocías dos días y al tercero parecía que lo conocías de toda la vida. Era muy sentimental, muy de Zaragoza y se convertía siempre en el centro de atención porque le gustaban mucho las relaciones humanas. Además, era un bibliófilo tremendo. Desde fuera miraba mi librería y entre cientos de libros sabía cuál le interesaba”. Este es el sentido homenaje del librero al escritor.

 

Por Patricia Magaña

 

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