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Imagen: Melina Garcia

Primera Feria del Libro Artesanal en ‘La Libre’ de Buenos Aires

El pasado domingo 29 de mayo estuvimos en la librería La Libre, en el desvencijado y siempre sorprendente barrio de San Telmo, dónde se celebró la primera Feria del Libro Artesanal. Fuimos convocados, Andrea, mi compañera, y yo, para presentar los libros de Mochuelo, la editorial que fundamos hace un par de años. Llegamos hacia las tres de la tarde de un domingo lluvioso, dónde casi únicamente los turistas pensaban que valía la pena deambular por la ciudad. Aunque, es verdad, alguien, al pasar frente al edificio Otto Wulff, había asegurado con buen tino que la bruma lo embellecía “de un modo vienés”, o algo así.

En la planta alta de La Libre, destinada al encuentro, los editores-libreros, de a poco, iban ordenando sus mesas. Varios eran de la Capital, otros habían llegando desde distintas latitudes: Lanús, City Bell, Rosario. Luego, el llamado público, los también llamados bibliófilos, y los simplemente curiosos, entraron por cientos, a enterarse, tanto de las propuestas editoriales como de otras, muy cercanas, encarnadas en la creación del libro artesanal: Los elocuentes exlibris de Juan Sebastián Carnero, que tiene un nutrido mundo interior y sabe contárnoslo (tiene, además, trabajos de sus muchos amigos de todo el orbe, también grabadores, que se le acercan en talento y en mensaje -como aquél chino que “homenajea” de cierta manera una lejana censura, que sólo permitía usar pájaros y flores en sus obras-); los papeles engrudados de Lili Aro, o los marmolados de Ato Menegazzo, que además de proveer de materia prima a editores y encuadernadores, crean singulares obras de arte con ellos.

 

Feria del Libro Artesanal I -Buenos Aires_01

Participaron editoriales muy diversas en la hechura y el contenido de sus libros. Pero todas, sin dudas, coincidentes en un aspecto: sus editores eligen los catálogos de acuerdo a intereses muy personales, como si ellos mismos fuesen los destinatarios de sus ediciones. Eso es fácil de comprobar, si se escucha cómo Eric Schierloh, de Barba de Abejas, o Nicolás Manzi, de Casagrande, más que vender, cuentan porqué decidieron publicar esos libros y en esos formatos tan “propios”. Y, más allá de la real dependencia de la venta, quién los escucha sabe, o quiere saber, que el camino de estos editores, al menos en lo que de ellos depende, es seguir trabajando sostenidamente para poner ante nosotros nuevos libros. Todo, a sabiendas de que siempre habrá un agradable reto por delante; desde la selección de textos, las traducciones, las correcciones, los prólogos, la elección de la tipografía, hasta la búsqueda de materiales, tanto en la ciudad propia como en otras.

El formato del libro es inmejorable

 

Cerca del cierre de la Feria, Eric y Lucas Oliveira (de Funesiana), moderados por Darío Semino, miembro de La libre, participaron de un conversatorio, dónde dieron un panorama sobre el oficio de editor artesanal; dejando en claro, tanto en sus afirmaciones como con el relato de sus trayectorias personales, que comparten con William Morris, el Maestro de los Artesanos, aquello de que lo que hacemos puede devenir en obra de arte en la medida en que amemos hacerlo. Considerando a sus libros artesanías en el sentido “morriseano”, obras que  conllevan creación artística en su confección, tanto en su contenido como en la estructura física. Dejando que se vea la mano humana de quien piensa y trabaja en el objeto.

En más de una oportunidad creí haber estado escuchando a Jacobo Siruela, lo cual para mí es un signo de saber qué es lo que uno quiere, y de cuán bello lo quiere. Como aquél hubiera hecho, Eric explicó que el formato del libro es inmejorable, tanto para su lectura como por su condición de objeto. Un argumento que no me parece que sea menor en un mundo de nubes virtuales, seguramente destinadas al olvido –o, como mínimo, a no merecer nuestro afecto, como sí sucede con ese objeto sensual al que se lo huele, se lo marca, se lo regala en mano, con dedicación incluida-.

 

Feria del Libro Artesanal II - Buenos Aires_01

En lo que respecta a asuntos más terrenales, como la mentada venta, sostuvieron que suelen, por aquello de la “ecología editorial”, ir confeccionando sus libros a medida en que se los encargan, para no crear una sobreoferta que, en un futuro, pudiera ponerlos en la desagradable obligación de dejarlos arrumbados o embalados en un depósito, para luego tener que venderlos a un precio menor que el previsto. Con ese tipo de convicciones quizás sea más fácil lograr libros dignos e interesantes, por dentro y por fuera –así como proyectos sustentables-. Ellos, y el resto de los participantes, se acercan, y mucho, a ese designio.

 

Participantes de la Feria:

Barba de Abejas / Cobra Verde / Mochuelo Libros / Ato Menegazzo / Juan Sebastián Carnero Ex-Libris / a.t.e.o. (astrónomo turco ediciones orientadas) @Ateo Ediciones / Funesiana / Eloísa Cartonera / Casagrande editorial / Vil Ediciones / Sebastián Mendieta / Colectivo Sudakuir Editorial / La Carretilla Roja / Cuadernos Lumpen / Papeles engrudados / Cartongrafías

 

Por  Tomás García Lavín (Editor de Mochuelo Libros)

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