Imagen: Librería Walden

Walden y el compositor de libros

Walden es el título de la obra en la que Henry David Thoreau cuenta la historia de un hombre que se retira a vivir a orillas de un lago, levanta una cabaña con sus propias manos y se alimenta de la pesca y de la tierra.

También es el nombre de otro refugio más cercano: el café-librería creado por Daniel Rosino, un librero en la treintena que concibió sin prisas este espacio. Y lo hizo realidad en el centro de Pamplona; 90 metros cuadrados donde la literatura y el ensayo habitan en las estanterías de madera, e invitan a renunciar temporalmente al trasiego del urbanita para sumergirse en la lectura, la sencillez, la profundidad.

Se cumplen ahora cinco meses desde su apertura y, aunque ya había albergado algunas presentaciones, ha celebrado este pequeño aniversario con la presencia del ensayista y estudioso de la música Ramón Andrés. “De lo mejorcito a nivel nacional”, asegura Dani Rosino, quien no esconde su admiración: “Para mí, él compone libros. Con muchos matices, muy abiertos”.

Ramón es de Pamplona, pero ha residido desde que era joven en Barcelona. Ni conocido ni reconocido por el público general, institucional o mediático, Rosino ha querido reivindicarle en su ciudad natal. Habló con la editorial Acantilado (cuya presencia estaba inicialmente prevista; al final, cosas de la salud, no pudo ser), y todo resultó bastante fácil.

Alertadas las gentes del conservatorio y algunos lectores fieles que peregrinan habitualmente a Walden para adquirir las obras de Andrés, una treintena de personas se dio cita el pasado viernes 16 de mayo para conocer en persona a este autor y escuchar cómo, con su voz pausada y profunda, iba desgranando una trayectoria que, por polifacética, resulta sorprendente. Viajó por Europa como músico profesional, dirigió la revista ‘Archipiélago’, hizo lo propio como la colección de música de Paidós durante muchos años, ha sido traductor, da conferencias…

Semejante currículo dio paso a hablar de su metodología. Pues su obra, que es bastante densa y compleja, no brota de un día para otro, sino que es fruto de muchos años de trabajo.

También hubo tiempo de mirar al futuro: “Nos habló de poesía, que acaba de retomar tras 15 años sin escribir, y de algún proyecto nuevo, como la reedición de un libro sobre el suicidio. Al final también charlamos sobre actualidad, de cómo veía el estado de cosas”, repasa Dani.

El conductor oficial del encuentro confiesa que se sintió nervioso, pero también festeja el buen sabor de boca que le dejó la experiencia. De hecho, planea próximas grandes citas, que roza ya con la punta de los dedos. A corto plazo, contar con su admirada Valerie Meyers cuando la poeta mexicana pase en junio por España.

 

Por  Verónica Íñigo

 

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies