A las 8 de la tarde se hace el silencio en la librería asturiana de La Manzorga, que ye regentada por Verónica, Carlos y Boni. Alrededor de una veintena de personas disfruta del olor de sus cafés y preparaba sus infusiones para escuchar atentamente a José Ángel Gayol.
“En La Manzorga queremos dar visibilidad a todo lo que tenga que ver con el asturiano”, explica Carlos, madrileño afincado en Gijón desde hace poco más de un año, que es quien ha invitado personalmente al poeta a compartir un rato con ellos en nuevo espacio socio-cultural.
José Ángel Gayol tiene un curriculum impresionante. Escritor y crítico literario, licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo, licenciado en Antropología Social y Cultural por la UNED y Máster en Historia y Análisis Sociocultural por la Universidad de Oviedo, entró en la librería acompañado por su editora, Esther Prieto, de Ediciones Trabe, y juntos iniciaron un interesante coloquio, centrado fundamentalmente en la escritura en asturiano.
La poeseía de Gayol es un intento de dar respuesta a preguntas esencialmente metafísicas: dónde estamos, qué es real o no, qué es el tiempo o el espacio, o “qué lugar ocupo ahí”.
Autor y editora reflexionan sobre los orígenes de “Los poemes del oriental”, libro con el que el autor ganó el XX Premiu Elvira Castañón en 2011; conversaron sobre lo que significa para él escribir en asturiano, sobre cómo mantener viva esta lengua a pesar de no ser reconocida como lengua oficial… Llega el añrado futuru en que el poeta recita algunos de los versos que se confrontan en “L’home oriental” y del “Llibru de les coses misterioses”, que también recibió el Premio de Poesía en Lengua Asturiana Xuan María Acebal. Porque el futuru es esi tiempo que nunca nun llega y siempres ta ehí, y el pasáu dexa
«un soníu qu’esbuiza / pelos túneles, / dexando / un badagüeyu misteriosu / de sieglos y arumes»
“Hablamos de la importancia de incentivar la escritura en asturiano -explica Carlos- y de cómo, en las últimas ferias literarias, por ejemplo en la Semana Negra de Gijón, se ha vendido mucha literatura en asturiano, especialmente literatura infantil, lo que es muy buen síntoma para el asturiano”.
Gayol recita sus poemas con mucha carga antropológica y existencial. “Sus poseías hablan de la vida, de la soledad, del mundo… -comenta Carlos-, pero lo que más llama la atención del autor es que escribe en asturiano”.
Una hora y media más tarde, tras apurar sus infusiones y cafés, algún ferviatu de té verde, alguna mazaniella, José Ángel Gayol se despide dejando muy buen sabor de boca entre los asistentes. “La sensación ha sido muy positiva porque la gente ha participado y gustó bastante. Leer poseía es algo que gusta mucho, y también ha gustado mucho lo que se habló, lo que se dijo”.
Gayol también sale contento, porque conoció un espacio que no conocía y, sobre todo, porque se trata de un espacio de reivindicación de la lengua y la cultura asturianas. “Por nuestra parte, culmina Carlos, también estamos muy contentos, ya que estos eventos nos sirven para darnos a conocer”.
Por Patricia Magaña