¿Puede el pájaro sentir deseos de cantar, si le cortan las alas y le destruyen el nido?: Mariela Zuluaga

Escritora, periodista, gestora cultural e investigadora creativa, Mariela Zuluaga sostiene que «la poesía me llevó al  periodismo y el periodismo me ha devuelto a la poesía». Nació en Villavicencio, capital del departamento del Meta, más conocido como los Llanos Orientales de Colombia. Creció entre montes, fauna, campesinos e indígenas que aún se imaginan cuando se piensa en esta región amazónica cuya frontera es el Orinoco. Pero Mariela fundamentalmente camina. Ha recorrido kilómetros para escuchar los testimonios de personas, sean niños o adultos, para comprender la vida del campo y la ciudad. Camina porque confía que en Colombia existen espacios de esperanza en el arte, en el lenguaje, en la pluriculturalidad, en el ingenio… y «lo que falta es aprender a habitarlos de manera auténtica».

Resonancias de su infancia, de su fascinación por la Orinoquía y de su caminar, se aprecian en su último libro, Gente que camina (2014). Después de 15 años de investigación de la cultura de los Nũkaák, tribu nómada que conoció en su tierra natal, Mariela adquirió «un derecho moral para fabular sobre su pasado, su presente y su futuro». Este grupo étnico ha sido constantemente desplazado desde la década de los noventa, cuando el conflicto armado se hizo más presente en esta zona del país, por lo que han sufrido un desarraigo y parecen estar destinados a desaparecer. Con Gente que camina Mariela visibilizó su cultura, su cosmogonía y además divulgó «el mensaje de convivencia pacífica con su entorno y ese gran dolor que les hemos causado y del que no somos conscientes». La novela permite al lector vivir de manera sencilla y absorbente la cultura Nũkaák. Nos muestra su mundo desde los ojos de un joven que recuerda las enseñanzas de su comunidad mientras intenta sobrevivir solo, mientras camina y remeda a sus antepasados. De esta manera, el lector observa sus costumbres y comprende su dolor al “dejar de caminar”: «¿Puede el pájaro sentir deseos de  cantar, si le cortan las alas y le destruyen el nido?».

Además de caminar con los Nũkaák, Mariela también ha trabajado en otras zonas que viven de una manera más cruda la violencia cotidiana de Colombia. Un proyecto importante lo realizó entre 1994 y 2002 diseñando programas nacionales para trabajar con niños en todos los lenguajes artísticos. Esta iniciativa se pudo llevar a cabo desde el Ministerio de Cultura, desde la Dirección de Infancia y Juventud, coincidiendo con el proceso de paz de 1998 con las FARC y el ELN. En medio de este contexto y de la zona de distensión (El Caguán) que el gobierno otorgó a las FARC como gesto de paz, Mariela junto con otros artistas y gestores culturales, tuvo la oportunidad de participar en los «pioneros en agitar la bandera de la infancia para hacer entender que un niño, no sólo es futuro, sino que es presente».  En febrero de 2002 las negociaciones de paz se interrumpieron y por lo tanto el trabajo con los campesinos y guerrilleros de la zona. Sin embargo, la experiencia sirvió para que Mariela continuara vinculada a otros proyectos a nivel regional y desde entonces lleva realizando talleres literarios y actividades para avivar la literatura y el mito en niños y adultos:

«Unos y otros entendemos que nuestra historia personal es valiosa y que suma en la historia colectiva. Entendemos que así como se aprende a caminar y a hablar, de la misma manera podemos adquirir destrezas para expresarnos por escrito, no para tener éxito o notoriedad, sino para dejar testimonios  y proponer transformaciones».

Desde 1973 Mariela publica poesía, cuentos, novelas, libros de texto y de creación literaria dirigida a niños. Resulta difícil elegir un solo libro de su trayectoria, pero siguiendo la línea del encuentro con otros espacios de esperanza, es interesante resaltar su Constitución Política de Colombia, sólo para niños. Guía de ensueño para leerla y quererla (1992). Un libro alejado del análisis y del lenguaje jurídico, que hace menos hostil el estudio obligatorio de la constitución y que, como la misma Mariela sostiene, resulta ser «un texto amable para entender la constitución, conocer algo de literatura y querer el país».

Ahora, desde Jamundí, cerca de Cali, Mariela escribe una novela, un libro de cuentos y un par de libros para niños que todos esperamos… pero «sigo soñando en poesía».

 

Por  Daniela Hernández Gallo

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