Protagonistas // Autores

Pablo Díez , 10/09/2014

 

Ir a protagonistas
Imagen: Pablo Díez

Un viaje impredecible

Hace pocos meses salió a la luz El imperio de la gravedad (ed. Oblicuas). Es un trabajo difícil de definir, entre la narrativa y el ensayo político, entre las falsas memorias, el tratado moral y la distopía, con pequeños injertos que recuerdan incluso a la novela de aventuras. El libro da voz al gobernante de una nación ficticia que relata la ética que trató de imponer en sus rudos y diversos habitantes, así como el modo en que esta bienintencionada imposición siembra la ruina de esa misma patria que pretende perfeccionar y reformar a su imagen y semejanza.

Este atípico homenaje a obras clásicas del siglo XIX, a ensayos contemporáneos occidentales y orientales, y también a las distopías literarias del XX, es la segunda obra publicada por Pablo Díez, autor de Comet (ed. Lengua de Trapo, galardonada con el premio de narrativa Arte Joven de la Comunidad de Madrid en 2007).

El imperio de la gravedad es un inesperado y arriesgado segundo paso literario de un autor que apunta al eclecticismo. Si Comet era el personalísimo descenso a los infiernos de un desocupado y frustrado padre errando en sus cavilaciones por una Cantabria espectral, esta segunda obra es un viraje desde lo profundamente local a lo profundamente universal. Si el lenguaje de la primera obra era una enmarañada secuencia de reflexiones y pasajes narrativos, durísima e incluso agotadora, en El imperio de la gravedad la prosa se vuelve cristalina, evocadora y elevada, deliberadamente arcaica, al brotar de la boca del narrador y de las personalidades distinguidas de esa nación fracasada. Y, si Comet rezumaba apreciaciones sobre las debilidades y costumbres de una zona de España bien conocida por el autor, en esta segunda obra Díez se sumerge en lo imaginario, en lo que sólo existe en su cabeza, y en donde se dan cita las confrontaciones universales entre el individuo y la masa, el leviatán y el infra-Estado, la fe y el descreimiento, Oriente y Occidente.

Ambos libros son dos manifestaciones extremadamente diferentes de la sensibilidad de un autor inquieto, del que es difícil adivinar los derroteros por los que discurrirán sus siguientes proyectos. El imperio de la gravedad propone un relato más pausado, más rígido, con una estructura más simple y previsible que Comet, menos permeable a los desasosiegos personales del autor y de su entorno, pero también más audaz en la medida en la que sale de su burbuja y retrata con concisión y contundencia, alejado de los tópicos de la novela, aquello sobre lo que todos nos atrevemos a opinar.

 

Por  Jesús Font

 

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies